Tomando sol en una maceta

>> martes, septiembre 01, 2009

Me arden un poco los párpados por tanto coser pequeños abrigos para los koalas amarillos. Lástima que no pueda tragar la lluvia que ocasiona esa terrible comezón en los pies. Me encantaría pensar que los balones no son balones, sino balones con "b". Pero bueno, supongo que las abejas no son tan gordas como mi cocina se esperaba.

Supongo que la armonía de los dientes de león que conforman el piano que descansa en el regazo de mi bisabuela no es tan efímero como la mañana contemplada desde el jardín de espinas que queda en el florero silencioso; que decora la mesa del comedor del primo del tío del amigo de mi abuela que pensaba que era el ahijado que mi madrina había bautizado cuando me bautizó a mí... ¿Entonces soy yo? ¡Claro!... Yo sabía que no era yo...

Ya debo irme, mis dedos se cansaron de comer y creo que vomitaré por la nariz en cualquier momento...

Saludo cordialmente...

¡Hola! ¿Qué tal?

Atte.

Y-O

2 comentarios:

Ralkm 8:01 p. m.  

Mi estimado Alberto, si tú escucharas la canción que tenía mi reproductor mientras leía esta nota, te habrías ido de espalda de la risa xD

Noto cómo las juntas con cierto señor J te están afectando, bien hecho! x)

Te quiero esposo <3

Claudia Aguirre Cueva 6:17 p. m.  

Esto es como que exquisito...
E inevitablemente hermoso Juliana... Pasé por aquí, y leo eso y tengo una sonrisa en el rostro, bien hecho insolente :)


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